sábado, 30 de junio de 2018

Donde viven los monstruos.



LA HISTORIA


  Tras ser llamado monstruo por su madre, Max se va a la cama castigado sin cenar. Y, en la habitación, un bosque y un océano enormes nacen de la nada. Hay una barca, y esta, de algún modo, invita a Max a viajar. Navega y navega hasta que llega donde viven los monstruos. Poco a poco los va amansando y aquietando; y al chiquillo lo acaban nombrando Rey de Todos los Monstruos. 

    Max y los monstruos celebran una fabulosa fiesta; se divierten, juegan, ríen..., y Max, de repente, siente un olor especial: ¡huele a comida familiar! Max, como por arte de magia, y después de un largo periplo, vuelve a casa, donde le espera la cena aún caliente.



Psico Ayuda Infantil - Donde viven los monstruos



ELEMENTOS DESTACABLES

   Es uno de los primeros libros para primeros lectores que juega con dos planos: uno real y otro fantástico, donde se relata el viaje de ida y vuelta del protagonista. Es ideal para invitar a los niños y niñas a descubrir mundos fantásticos y mágicos, y también para que sepan manejar sus emociones, aspecto este muy importante.
   Por otra parte, la relación entre el texto y las ilustraciones es de estrecha colaboración para poder explicar bien la historia.
   Como en la mayoría de los libros, se pueden realizar varias lecturas: una más superficial y otra más profunda.





    Donde viven los monstruos  es  un cuento para niños y niñas que, para un lector adulto con ganas de leerlo y de mirarlo con mucha atención, puede representar un viaje alucinante y maravilloso a la literatura infantil, y al centro del mundo emocional de los chiquillos. 
  El destino es mágico, igual que el País de Oz, la Isla de Nunca Jamás o el País de las Maravillas.
    Este libro, al principio, recibió numerosas críticas, ya que se pensaba que ponía en cuestión la autoridad de los padres. El cuento no era políticamente correcto para la época: mostraba una historia en exceso amorosa y, al tiempo, de miedo. Los padres de entonces comentaban que el cuento asustaba a sus hijos, pero el escritor, Sendak, se defendió:

    Los adultos son personas que tienden a sentimentalizar la infancia, a ser demasiado protectores y a pensar que los libros para niños han de amoldar y conformar la mente a los modelos aceptados de comportamiento para lograr niños sanos, virtuosos, sabios y felices.

   Donde viven los monstruos es un magnífico libro, ya que retrata los miedos y deseos de la infancia en cada monstruo: rabietas, miedo a ser abandonado, soledad...


   Autor e ilustrador: Maurice Sendak (Nueva York, 1928-Connecticut, 2012).
  


viernes, 12 de enero de 2018

Cuestiones sobre lectoescritura (II)




Método fonético o fónico.

 Para la aplicación del Método fonético o fónico se sigue el siguiente proceso:

1- Se enseñan las letras y vocales mediante su sonido, y se utilizan láminas con figuras que inicien con las letras estudiadas.

2- La lectura se va realizando simultáneamente con la escritura.

3- Se enseña cada consonante por su sonido, y se emplea la ilustración de un animal, objeto, fruta, etc.

4- Cada consonante aprendida se va combinando con las cinco vocales, y se forman sílabas directas: ma, me, mi, mo, mu.

5- Con el ejercicio se perfecciona la lectura mecánica, luego la expresiva.



  Por otro lado, existen otros métodos, como son el eclíptico y el sintético. El método eclíptico es el que nos permite lograr objetivos más amplios en la enseñanza de la lectura. El método sintético es utilizado en todas las ciencias experimentales, ya que mediante esta se extraen las leyes generalizadoras.

   Según Decrdy, solo se puede aplicar el método global analítico en la lectoescritura si todavía la enseñanza concreta e intuitiva se basa en los principios de globalización, en los cuales los intereses y necesidades del niño y la niña son vitales cuando se utilizan los juegos educativos que se ocupan como recursos complementarios para el aprendizaje de la lectoescritura.

   El modelo de Mather y Roberts nos explica que es un elemento inherente al proceso instructivo, por lo que nos proporciona instrumentos que pueden ayudar a profesores y alumnos en el proceso de escritura. 

   El modelo de Bernice Wong consiste en una serie de instrumentos aplicados de forma fonética a adolescentes con dificultad de aprendizaje y alumnos de bajo rendimiento. Un estudio realizado por Wong y sus colaboradores en 1996 nos dice que dichas fases se disponen de la siguiente manera: planificar, escribir y revisar.Los modelos instruccionales de la composición escrita son muy importantes para la compresión lectora, pero a su vez han venido sufriendo cambios, ya que en los últimos años se han desarrollado nuevos modelos instruccionales como lo son el de Mather y Roberts en (1995) y Sorenso en (1997), los cuales aportaron grandes avances para la enseñanza y el aprendizaje de la composición escrita.

  Hayen y Flower plantearon la escritura como resolución de un problema retórico. Scardamalia y Bereiter (1992) mencionan que la escritura de un texto se puede realizar de forma automática: pensar, decir o transformar el conocimiento a medida que se va desarrollando la composición. Sharon Sorenso proporciona un modelo instructivo secuenciado, detallado e ilustrado con numerosos ejemplos.

   El modelo cognitivo, por otro lado, surge en los años ochenta con la finalidad de buscar la manera de ocupar el vacío de los modelos anteriores. Flower y Hayer dicen que la escritura es un proceso interactivo y complejo, en el que es fundamental la memoria a largo plazo; para estos autores el escritor es ya maduro, pues a través de sus conocimientos previos el individuo puede transformar sus conocimientos en otros nuevos. 

   Por otra parte, existen también los modelos explicativos de producción textual; dentro de estos modelos está el modelo de producción, que nos dice que es de carácter descriptivo. Su objeto de estudio es el texto. Este modelo se da en dos etapas: la macroestructural y la microestructural. También nos dice que es estática, mecánica y concentrada en la representación gráfica de los datos lingüísticos y evaluación de los aspectos formales. 


Otros cuatro enfoques.


  1- Enfoque basado en la gramática: este enfoque nace en el contexto de la enseñanza de la expresión escrita en la lengua materna, y luego se traspasa y se adapta para la enseñanza de la escritura. La idea básica es que para aprender a escribir se tiene que dominar la gramática de la lengua (las reglas que la constituyen, la esencia, la estructura, la organización formal subyacente, etc.) El núcleo de la enseñanza lo constituye precisamente este conjunto de conocimientos gramaticales sobre la lengua: sintaxis, léxico, morfología, ortografía, etc.



 2-Enfoque basado en las funciones: Según serafín (1985), se basa en el conjunto de funciones o actos del habla; presenta un análisis diferente de textos, funciones de escritura y habilidades cognitivas, con el objetivo de elaborar un currículo progresivo de la expresión escrita.


3- Enfoque basado en el proceso: Nace a partir de los años sesenta, se desarrolla en USA; se analizaron lo que hacían los alumnos antes, durante y después de escribir el texto. Los profesores estaban decepcionados con los métodos utilizados.

 4- Enfoque basado en el contenido: Este enfoque se desarrolla paralelamente en dos contextos académicos distintos, en Estados Unidos durante la década de los ochenta.


  La lectura y, sobre todo, la escritura siguen siendo dos procesos que no tienen el suficiente reconocimiento y valoración por parte de los estudiantes, independientemente del nivel de estudios que cursen. No obstante, las potencialidades que leer y escribir encierran, más allá de acceder y acumular información, se les sigue mirando como dos tareas (con todas las implicaciones que esta expresión encierra) que impone la escuela a quienes a ella asisten.

  Si somos sinceros en nuestra reflexión, en buena medida leer y escribir han tenido dos características esenciales: imposición por parte del maestro y monólogo del autor. Con la primera característica, la imposición —todos los sabemos—, se puede lograr obediencia, pero nunca despertar amor por lo que se hace. Es apropiado rescatar una frase de León Tolstoi, que puede servir de referente para orientar los procesos de escritura y de lectura y, de paso, como orientación para el ejercicio docente: 

"La clave de la vida no es hacer siempre lo que uno quiere, sino querer siempre lo que uno hace".