domingo, 20 de mayo de 2012

Una serie de catastróficas desdichas.



         

 

   LA FRATERNIDAD Y LA ASTUCIA.

 Una serie de catastróficas desdichas es una clase de historia que rompe con los tópicos de los niños y niñas que necesitan a los adultos para sobrevivir. En esta película, tres hermanos que se quedan huérfanos se pasan el día huyendo de su tutor legal. Los hermanos Baudelaire se han quedado sin padres porque éstos han fallecido en un incendio; un pariente lejano, el Conde Olaf, se ofrece para cuidarlos con la única finalidad de conseguir la herencia que sus padres les han dejado a los pequeños. Cuando los niños ven cómo les trata su familiar, buscan la forma de escaparse, pero Olaf siempre da con los críos y, con ellos, con la herencia.

  El film presenta tres de los libros de la colección de Lemony Snicket, escritor que en los Estados Unidos ha llegado a desbancar a J.K. Rowling  y a su personaje, Harry Potter.
  La película, al igual que los libros en los que se basa, pone de relieve la importancia de saber compartir los conocimientos acumulados aprendidos por los hermanos Baudelaire a la hora de resolver problemas y conflictos en la vida real. Las actitudes de los tres protagonistas se parecen más a las de los adultos que a las de los niños y niñas. 
 Merece la pena tener este aspecto presente para hacer ver a nuestros alumnos la importancia que tiene el hecho de aprender contenidos en las distintas asignaturas del colegio o el instituto para después aplicarlos cuando salimos del centro educativo.



sábado, 12 de mayo de 2012

El higo más dulce.


        



   En este libro, un dentista, que vive únicamente con su perro, recibe la visita de una mujer que llega a su consulta con un terrible dolor de muela, sin dinero en el bolsillo. Para pagarle de alguna u otra forma, le da dos higos y le promete que con ellos sus sueños se harán realidad. ¿Qué ocurrirá?

   Ese mismo día, por la tarde, el dentista engulle uno de los higos, pero el efecto del suculento fruto no lo percibirá hasta la mañana siguiente.

 Mientras pasea a su perro, con el sol elevándose, se da cuenta de que la gente lo mira y se ríe: ¡¡ iba en calzoncillos y en camiseta, y no se había dado cuenta !! En ese mismo instante, se para de golpe, y se acuerda de que todo eso lo había soñado la noche anterior. Y, antes de que sucedan más cosas, se va raudo hacia su casa.

  Cuando llega, se promete a sí mismo que no desaprovechará el segundo higo. Pero, mientras lo busca para comérselo, escucha un ruido, se gira y, enseguida, se percata de que era su perro: ¡se había comido el último!

   El final es sorprendente. Un libro extraordinario; puede ser leído a partir de los 8-9 años de edad. Muy recomendable para todo tipo de lectores.





El higo más dulce, de Chris Allsburg (1949). 




  Entre otros libros, el autor tiene publicados Jumanji  y El expreso polar, ambos llevados al cine con éxito.



 








    



miércoles, 9 de mayo de 2012

Cómo matar la creatividad infantil.







       A continuación, copio un extracto de “El espíritu creativo” de D. Goleman (el de la llamada inteligencia emocional).

  “En la vida, las presiones psicológicas que inhiben la creatividad de los niños no tardan en manifestarse. La mayor parte de los niños en edad preescolar, así como los que cursan primero de primaria, aman ir al colegio, se entusiasman con la idea de explorar y aprender. Pero cuando llegan a tercero o cuarto, a muchos de ellos ir al colegio ya no les gusta, y no encuentran ya ningún placer en su propia creatividad.
La doctora Amabile, con sus investigaciones, ha identificado los principales enemigos (sic: killer) de la creatividad:

Vigilancia. Significa actuar sobre los niños haciéndoles sentir que están permanentemente observados mientras trabajan. Cuando un niño está bajo constante observación, el impulso creativo –la capacidad de aventurarse en algo nuevo- se esconde bajo tierra.

Valoración. Significa infundir una excesiva preocupación sobre el juicio de los demás. Los niños deberían preocuparse principalmente por estar satisfechos del resultado alcanzado, y no concentrarse en el modo en el que son valorados por los otros, o en lo que pensarán de ellos sus compañeros.

Recompensas. Este error consiste en el excesivo uso de premios, como estrellas doradas, dinero o juguetes. Si se hace un uso excesivo de las recompensas, éstas privan al niño del placer intrínseco en la actividad creativa.

Competición. Significa poner a los niños en una situación sin vía de escape, en la cual o se gana o se pierde, y en la que sólo una persona puede llegar a la cima. En lugar de esto, debería dejarse al niño seguir su propio ritmo (aunque, no obstante, pueden ejercerse competiciones sanas que alimenten el espíritu de grupo).

Excesivo control. Consiste en decir a los niños cómo deben hacer exactamente los deberes, cómo deben ayudar en casa e incluso cómo deben jugar. Padres y profesores a menudo confunden el deber de instruir con esta especie de microgestión. Esto induce a los niños a creer que cada originalidad es un error y que cada exploración una pérdida de tiempo.

Limitar las opciones. Significa decir a los niños qué actividades deberían emprender, en lugar de dejarles que vayan solos donde les lleven la curiosidad y la pasión. Sería mucho mejor dejar que el alumno elija aquello que le interesa, y después apoyarle mientras sigue sus inclinaciones.

Presión. Consiste en crear expectativas grandiosas en torno a la prestación de un niño. Por ejemplo, cualquier forma de instrucción forzada –aquella que empuja a bebés apenas capaces de mantenerse en pie a aprender el alfabeto o las matemáticas mucho antes de que estas materias les interesen-, puede fracasar con facilidad, terminando por provocar en el pequeño una verdadera aversión por la materia así impuesta.
Uno de los enemigos de la creatividad más comunes es algo mucho más sutil, tan profundamente arraigado en nuestra cultura que apenas lo notamos: se trata del tiempo.

  Si la motivación intrínseca en un factor clave de la creatividad infantil, el elemento crucial para cultivarla es el tiempo: un tiempo ilimitado, suficiente para que el niño saboree y explore una determinada actividad o materia particular haciéndola propia. Quizá uno de los peores crímenes que los adultos cometen contra la creatividad infantil consiste en privarlos de este tiempo.
(……….)”

  Obviamente, tampoco hace falta ir a la escuela para matar la creatividad. A menudo son los padres, familiares o cuidadores más cercanos los que se empeñan en dirigir las actividades  de los niños constantemente. 




martes, 8 de mayo de 2012

¿Por qué es tan difícil nacer?

         

¿Cómo nacen los niños? A menudo con dificultad, como muchas mujeres pueden testimoniar. ¿Y por qué es así para el ser humano cuando tantos otros animales nacen sin dificultad? No hay ambulancias para las jirafas, ni comadronas para las orangutanas, como bien nos recuerda Desmond Morris.


  Se afirma que las complicaciones físicas y psicológicas del parto son consecuencia de la adquisición de la postura erecta que estrecha el canal de nacimiento. Si bien esto puede explicar parcialmente la situación, no lo hace por completo, ya que las mujeres antiguamente no necesitaban tampoco asistencia médica y han conseguido parir durante miles de años. Si ellas lo hacían, ¿por qué hoy no es así? A veces se responde que ellas eran menos sedentarias y más fuertes físicamente, pero esto sólo sería válido para algunas culturas.


   Las mayores diferencias entre los partos tribales y los occidentales actuales se encuentran en el dónde y en el cómo. Alterando estos aspectos, el nacimiento se ha convertido en algo mucho más dificultoso.

   En la tribu, la mujer pare rodeada de caras conocidas, de mujeres con las que tiene lazos de afecto y que, a menudo, han pasado ya por su misma situación. En occidente se suele parir en el hospital, un lugar asociado a la enfermedad. Trasladarse a un lugar semejante puede poner nerviosa a la parturienta. Y el nerviosismo prolonga el parto, mediante la liberación de una sustancia química especial llamada epinefrina. Biológicamente, el retraso permitiría parir en condiciones de mayor seguridad, evitando o minimizando riesgos. Pero actualmente sólo consigue aumentar el tiempo de dolor, incrementando el miedo y el nerviosismo y generando un círculo vicioso.

   La conclusión podría ser favorable al parto en casa, donde la madre se sienta a gusto y la dilatación, como consecuencia, no se prolonga excesivamente. Pero para ello es necesario que el ambiente doméstico sea aséptico y la madre reciba ayuda de manos expertas. La costumbre sigue llevando a pensar que sólo en el hospital se puede parir con seguridad. Una solución podrían ser las clínicas con un ambiente menos médico y más casero y el conocimiento previo del equipo profesional que genere confianza en ellos.

   Sobre la postura, se puede pensar en los partos en las tribus. Desde luego, tumbada boca arriba y con las piernas en alto, la gravedad no puede ayudar. Ir a un hospital y ser tratada como una enferma, tumbada en una cama y asistida por médicos no es más que una costumbre, una moda, no una necesidad. La postura más natural es en cuclillas. No en vano se usaban sillas con un hueco en el centro del asiento para permitir el paso del bebé mientras la madre se agarraba a unos asideros delanteros. Todo esto reduce el esfuerzo, aunque no quiere decir que no haya momentos de dolor ni otras eventuales complicaciones.



viernes, 4 de mayo de 2012

Física: Einstein en concierto.


      

   PERCIBIENDO LOS SONIDOS DEL ESPACIO-TIEMPO


  Agujeros negros colisionando a casi la velocidad de la luz, explosiones supernova, estrellas de neutrones devorándose mutuamente, etc.  Todos estos fenómenos , los más exóticos y violentos del universo, tienen algo en común: producen ondas gravitacionales. Estas ondas, al igual que el sonido, son vibraciones, sólo que no es el aire el que vibra, sino el propio espacio-tiempo.  Einstein las descubrió hace casi cien años, mientras resolvía ecuaciones de su teoría de la relatividad. Y ahora, por primera vez, tenemos la tecnología para detectarlas.
  Precisamente gracias a la relatividad general, sabemos que el espacio no es algo rígido, sino que se parece más a una cama elástica. Si te sientas sobre ella, se curva. Si corres sobre ella, además de curvarse, las vibraciones se propagan a otras partes de la cama. De forma parecida, cuando cuerpos muy masivos (como agujeros negros) se aceleran, crean distorsiones en el espacio en forma de ondas que viajan por todo el universo a la velocidad de la luz.


Una nueva ventana al universo
 
   ¿Qué descubriremos cuando detectemos ondas gravitacionales? Esperamos aprender mucho más sobre agujeros negros, explosiones supernova, el Big Bang, etc. Con ellas podremos detectar fenómenos de otro modo invisibles. Y con suerte, encontrar sorpresas que ahora no podemos ni imaginar. Al fin y al cabo, es lo que ha pasado cada vez que en astronomía se ha conseguido “ver” con una nueva “luz” (rayos X, infrarrojos, etc.). Ahora, además, estamos ante unas ondas muy diferentes a la luz, a las que no para nada en el universo.
Por ejemplo, en la infancia del universo, hasta que cumplió 300.000 años, en las condiciones tan extremas que existían, la luz no podía escapar. Por eso, por muy potentes que sean nuestros telescopios convencionales, nunca podremos ver más allá de esta época. Sin embargo, con las ondas gravitacionales no tenemos ese problema y nos podrían decir cómo era el universo cuando tenía... ¡menos de un segundo!
  
En otros casos las ondas gravitacionales complementan la información que tenemos de telescopios convencionales. Aquí los detectores de estas ondas se pueden convertir en el mejor amigo de los telescopios. Estos detectores “oirían” supernovas un poco antes de que llegue su luz y avisarían a los telescopios para que apunten hacia ellas. Y combinando los datos de ambas observaciones, tendríamos una información mucho más completa con la que entender los mecanismos que hay detrás de estas explosiones estelares.
  Las ondas gravitacionales también nos podrían proporcionar nada menos que una nueva forma de medir la edad del universo y distancias en él. Y por último, nos permitirán poner a prueba la relatividad general en condiciones de gravedad extrema, algo que no sabríamos hacer sin ellas.
Ondas gravitacionales producidas por una pareja de agujeros negros.

jh






miércoles, 2 de mayo de 2012

La formación musical de los niños.






A comienzos del s. XX se inicia un movimiento en el campo de la formación musical  que cuenta con figuras tan relevantes como C. Orff, E. J. Dalcroze, Z. Kodaly, S. Suzuki o Edgar Willems.
  Todos ellos destacan por presentar una pedagogía musical más moderna, basada en las relaciones psicológicas existentes entre la música, el ser humano y el mundo creado.
  Emile Jacques Dalcroze se yergue como precursor de la musicoterapia al romper con los esquemas tradicionales y desarrollar una terapia educativa rítmica para enfermos, que partía de sus propios ritmos  para establecer la comunicación.
Karl Orff tomó como eje de su pedagogía musical el movimiento corporal, utilizándolo en todas sus posibilidades comunicativas. Unía así la creatividad y la música, favoreciendo la socialización.
Edgar Willems, a su vez, presenta un sistema  pedagógico en el que destaca:

“...el concepto de educación musical y no  el de instrucción  o de enseñanza musical, por entender que la educación musical es, en su naturaleza, esencialmente humana  y sirve para despertar y desarrollar las facultades humanas”

Contribuye  así a una mejor  armonía del hombre consigo mismo al unir los elementos  esenciales de la música con los propios de la mentalidad humana.
Para ello muestra la música como un lenguaje, como una progresión, desarrollando el oído  o “inteligencia auditiva” y el  sentido rítmico, que sientan  las  bases para la práctica del  solfeo. Un solfeo que  presenta  nuevas técnicas  y que encuentra en  el musicograma la mejor forma de abordarlo  con los  más pequeños.
El pedagogo musical belga  J. Wuytack  introdujo el concepto (y práctica ) de musicograma, entendiéndolo como una plasmación gráfica de la parte  formal e instrumental de la partitura  cuya  audición  se trabaja.
Se trata del empleo de una serie de elementos con distintos colores y tamaños en función de los ritmos, timbres, compases o frases que se desean remarcar y con los que los niños encuentran una representación material (distinta pero complementaria al pentagrama) de los elementos abstractos del solfeo, de manera que su iniciación musical resulta más lúdica y placentera, desarrollando desde edades tempranas el amor por la música incluso en sus aspectos más teóricos.
El método Willems se orienta  a la educación de los niños, tratando de que cualesquiera que sean sus dones musicales puedan desarrollar a través de la música sus facultades sensorio-motrices, cognitivas y afectivas.
  Abre también la puerta a las familias, apostando por una educación activa y creativa en la que el entrenamiento trascienda del recinto escolar, cobre vida e impregne toda la expresión del ser.
  La actividad musical se entiende  como un campo abierto y plural que favorece  el desarrollo artístico y cultural en el que se combinan el  modo de hacer, el saber y el ser para  mejorar la inteligencia  musical  y la sensibilidad estética del alumno, como individualidad y como ser social.
Entre los objetivos que Edgar Willems se marca  con sus  discentes, con los que trata de hacer más humana y lúdica la educación musical enfocándola especialmente a la educación infantil, destacan tres: 

        1) Musicales: con los que pretende que amen la música desarrollando todas sus posibilidades y abriéndose a las manifestaciones de las diversas épocas y culturas.
         2) Humanos: trata de que, mediante la música, se desarrollen armónicamente todas las facultades del individuo, haciendo hincapié en las intuitivas y creativas.
        3) Sociales: enfoca su método a todo tipo de alumnado, poniendo gran énfasis en el beneficioso trabajo en grupo y en su prolongación al ámbito familiar.

Para concluir decir que para despertar en los niños el gusto por la música no basta con ponerles música para que la escuchen, sino que hay que crear situaciones de escucha activa.
Mezclar sonido, texto y gráficos de una sola vez limita  las explicaciones teóricas, que en la educación infantil (por ejemplo) pueden resultar aburridas, y permite  además trabajar  con instrumentos  y expresión corporal. El  musicograma es la plasmación de esta forma de entender la música.
Por otra parte, el musicomovigrama se revela como la nueva tendencia para la que dibujar la música ya no es suficiente, sino que  se deben  plasmar los sentimientos e imágenes mentales que nos produce oírla. Y una vez escaneados esos trazos, verlos en  movimiento mientras  se escucha la música sobre la que se ha  trabajado.

En definitiva,   como afirma K. Swanwick:

“todos somos  potencialmente  musicales, como  todos  somos potencialmente  seres capaces de adquirir el lenguaje; pero  eso no significa  que el desarrollo musical pueda darse sin estimulación y sin nutrición, al igual que ocurre con la adquisición del lenguaje”.
 

 
Para profundizar sobre el tema, recomiendo la siguiente bibliografía:
 
       Swanwick, K. (1991) Música, pensamiento y  educación. Morata. Madrid.

       Willems, E. (1976) La  preparación  musical de los más pequeños. Eudeba. Buenos Aires.

      Willems, E. (1984) Las bases psicológicas de la educación musical. Eudeba. Buenos Aires.

      Willems, E. (1994) Valor humano en la educación musical. Paidós. Barcelona.

      Willems, E. (2001) El oído musical. La preparación auditiva del niño. Paidós. 
       Barcelona.  

    Wuytack, J.  y Boal Palheiros, G. (1996) La  audición musical activa. Associaçao Wuytac k de  Pedagogía Musical. Porto.

martes, 1 de mayo de 2012

El maltrato en la infancia .


   









  Alice Miller es una psicóloga suiza conocida por su trabajo sobre la infancia y, más concretamente, el maltrato infantil.
Algunos de los conceptos básicos elaborados por Alice Miller son:

      Pedagogía negra: se refiere a una educación cuya finalidad es despedazar la voluntad del niño y hacer de él un súbdito obediente, ejercitando de manera evidente u oculta el poder, la manipulación y el chantaje. Un ejemplo serían los métodos para “enseñar” a los niños a dormir, ya que el objetivo final es educar en la obediencia desde los primeros meses.
     Testigo servicial: es la persona que da apoyo, a veces incluso sin saberlo, al niño maltratado, ofreciéndole una especie de contrapeso en la crueldad que ejercen sus cuidadores más cercanos. Puede ser cualquier persona de su entorno: un abuelo, un profesor, un vecino, un hermano. Con gran frecuencia, suelen serlo estos últimos. Ofrecen simpatía y amor al niño, sin intención de manipularlo con objetivos pedagógicos, le dan confianza y le transmiten la impresión de que no es malo y merece amabilidad. Gracias a este personaje, el niño aprende lo que es el amor y, a veces, consigue conservar en su interior amor, bondad y otros valores. Sin esta figura, el niño exalta la violencia y más adelante recurrirá a ella con mayor o menor brutalidad.
     Testigo iniciado: en la edad adulta, un papel similar al del testigo servicial lo puede tener alguien que sí es consciente del mismo. Se trata de una persona que conoce las consecuencias del estado de abandono y maltrato infantil infligido al niño, de expresar empatía y de ayudarle a comprender mejor los sentimientos de miedo y de impotencia, para aprovechar mejor las posibilidades que tiene el adulto. Pueden ser docentes, abogados, consultores o autores de libros (como la propia Alice Miller se considera).

  Gran parte de la obra de Alice Miller busca demostrar la validez universal de los mecanismos para negar y eliminar el sufrimiento infantil. Atribuye gran importancia a las experiencias vividas en los primeros días y meses de vida, sin negar el papel de las experiencias sucesivas. Es más, la presencia de personas empáticas es fundamental para quien sufre. Pero el adulto que ha sido niño maltratado sólo consigue sentir empatía si es consciente de lo que las antiguas privaciones han implicado para su persona y si no las subestima.

Medicina antes que conocimiento.
  Según AM, la gente tiende a recurrir a menudo a la medicina para curar sus síntomas antes que ir a la raíz del problema. Ésta sería el maltrato en la infancia. El hecho de poder hablar sobre los sentimientos de ira, rabia, frustración, etc, sufridos entonces ayudan mucho más a la curación que la ingestión de fármacos.
  La motivación del médico para tal comportamiento es la propia necesidad de ocultar el miedo y la impotencia para conservar su prestigio. Además, debería tener un conocimiento básico de la medicina psicosomática. La razón se niega a reconocer la verdadera naturaleza del maltratador (una figura cercana, como el padre o la madre) y tal rechazo origina la enfermedad, que continúa a manifestarse hasta que no se toma conciencia de la situación.
  El proceso de cura necesita enfrentarse al trauma infantil y de deshacer los numerosos mecanismos de defensa que han sido erigidos para proteger al niño de un sufrimiento que, de otra forma, sería insoportable.

Castigos corporales.
  AM defiende que tratar la infancia ayuda a tomar conciencia de la propia historia y entender por qué se siente todavía como una víctima necesitada de ayuda. Pero esto no implica que el adulto sea irresponsable de sus actos y de su comportamiento. Para AM la prescripción de fármacos es el remedio sólo cuando el paciente no está interesado en descubrir el origen de sus problemas.
  No se avanza huyendo de la verdad que llevamos dentro, ya que nos acompañará siempre, nos hará sufrir, aumentará nuestra confusión y debilitará nuestro autoconocimiento.
  Si a un niño se le hace creer que las humillaciones y torturas se hacen por su bien, seguirá convencido de ello por el resto de su vida. Por tanto, maltratará a sus hijos pensando de hacer lo correcto. Pero, ¿dónde terminaron la rabia, el furor, el dolor que tuvo que sofocar de pequeño cuando le pegaban asegurándolo que era por su bien?.
  Un niño que recibe golpes no aprende a protegerse, sino a tener miedo. Y también aprende a ignorar el dolor, hasta casi no advertirlo y sentirse culpable. Y, ya que ha sido agredido cuando era indefenso, aprende a creer que un niño no merece ni consideración ni respeto ni protección.
  Los mensajes erróneos depositados en el cuerpo serán la información básica con la que el niño construirá su imagen del mundo y de sí mismo. Cuando el niño sea incapaz de defender su propio derecho a la dignidad y el sufrimiento físico como señal de peligro, no conseguirá orientarse en función a ello. Sufrirá, por el contrario, su sistema inmunitario. El cuerpo conserva todos los recuerdos y el adulto no podrá librarse de ellos. Es más, de forma inconsciente, dominan toda su vida, su comportamiento, el modo de reaccionar a las situaciones nuevas y, sobre todo, la relación con los hijos.

Qué se puede hacer.
  A menudo los adultos encuentran gran hostilidad cuando se ponen incondicionalmente de parte de los niños y los defienden. Con su comportamiento cuestionan un sistema entero que para otros es un marco de referencia seguro. El testigo consciente puede sufrir intimidaciones y rechazo.
  Cuando, como padres, reproducimos el comportamiento erróneo de nuestros padres, AM aconseja no desesperarse. El adulto también sufrió dolor y ahora su gesto automático también lo provoca. Pero es mucho más fácil corregir un error si como tal se percibe y como tal se juzga. Lo importante es no decir a los hijos que se hace por su bien.
  Otras soluciones que se pueden buscar es esforzarse en ser conscientes de lo que hemos vivido como niños, de las opiniones que hemos recibido acríticamente, comparándolas con nuestra percepción adulta. Esto ayuda a percibir las cosas de frente a las que éramos ciegos e insensibles para protegernos de la violencia del dolor hasta que no encontramos un testigo capaz de escuchar con empatía. En este contexto, es posible redescubrir el origen de las emociones infantiles eliminadas, encontrarles un sentido actual para nosotros.
  Y recuerde, los datos científicos han demostrado que los niños pegados y castigados son más obedientes a corto plazo y más agresivos y destructivos a largo plazo.

Conclusiones.
El origen y las consecuencias del maltrato infantil son idénticas: la negación de las heridas sufridas en el pasado nos lleva a ejercer el mismo daño a las siguientes generaciones. A menos que no decidamos aceptar saberlo, reconocerlo.
El castigo genera miedo y, a menudo, produce en el niño un estado de torpeza que no le permite reflexionar tranquilamente, ya que el terror le invade, le sobrepasa.
La violencia se aprende en familia y en familia se continúa a ejercerla. Es un círculo vicioso que es necesario romper. Los niños que han sido respetados desde la infancia irán por el mundo con los ojos y las orejas bien abiertos y sabrán protestar con palabras y acciones constructivas contra la injusticia y la ignorancia.

Tomado de En tribu.