domingo, 3 de octubre de 2021

LA COMPOSICIÓN MUSICAL (PRECOMPOSICIÓN) EN LOS MÁS PEQUEÑOS: DE 5 A 7 AÑOS.

   


  En general, todo lo relacionado con la composición musical tanto en las escuelas de música como en la educación infantil y primaria no está lo suficientemente potenciado. Una cuestión es lo que está claramente expuesto en el currículum y otra  llevarlo a la práctica. En otros países del mundo occidental está más presente la creación  musical hecha  por  los propios  niños. En áreas como la educación plástica, el lenguaje, etc. sí se suele tener en cuenta la creatividad, ¿por qué no en música?

  Este artículo pretende únicamente que los niños de edades comprendidas entre los 5 y los 7 años (tanto de escuelas de música, educación infantil y primer ciclo de primaria) se inicien en el  mundo de la composición musical (precomposición).

  La educación musical comprende dos aspectos fundamentales: oír música y hacer música. Pero lo que realmente va a hacer que los niños pequeños la vivan  es sentirla a través de su cuerpo y de la propia voz que es el instrumento musical que llevan incorporado –por decirlo así- de nacimiento. Tendremos que partir de los intereses de los propios niños, bajar a su nivel (no siempre es fácil esta cuestión). Al escuchar y valorar su música habrá que hacerlo desde otro punto de vista. No tiene la misma significación componer (inventar música) para un compositor profesional que para un niño. Mucha de la música que realizan los chavales tiene como única misión la del simple placer de cantar o moverse. Los niños primero imitan y después van construyendo sus propios modelos compositivos  a través del movimiento y de la  propia voz. El profesorado tiene que ofrecer oportunidades para que sus alumnos hagan su propia música. También es importante observar qué habilidades musicales previas traen de forma innata los alumnos. Así mismo resulta muy conveniente que los niños escuchen un amplio abanico de música grabada o en directo  en la escuela de música o colegio en el que se encuentren.

  ¿Pueden realmente los niños de la asignatura de iniciación musical (en las escuelas de música), de educación infantil y del primer ciclo de primaria realizar una composición? Desde el punto de vista  de los profesores de música y de los compositores profesionales,  probablemente  los niños no hagan, en sentido estricto, una composición musical, pero es en estas edades cuando se sientan las bases para poder realizar futuras invenciones musicales en toda regla.

  El periodo de edad comprendido entre los 5  y  los 7 años es, aproximadamente, cuando los niños y niñas atraviesan una fase decisiva para iniciarse en todo lo relacionado con la invención musical. Es una etapa de desarrollo precompositivo. El punto de partida para enseñar composición (inventar música) es que primero escuchen diferentes obras, canciones, ritmos... Es muy importante tener en cuenta el contexto en el que la música es vivida por parte de los alumnos. En los niño y niñas se aúnan el lenguaje, la música, el juego y el movimiento, y, por tanto, habrá que aprovechar todos estos aspectos para que desarrollen la imaginación e inventiva musicales.

   Para empezar a trabajar la composición musical, se toma como punto de partida la canción; cada  territorio/región  tiene las suyas propias. Las canciones son fundamentales como eje vertebrador educativo, ya que trabajan un sinfín de aspectos tanto musicales como de otro tipo: las  matemáticas, el lenguaje, las ciencias sociales... A través de las canciones conseguimos la socialización e integración de los alumnos, así como educar sus sentimientos y que los niños reciban una recompensa inmediata. La canción principalmente fomenta  la imaginación y la creatividad.
    Este artículo pretende ser sólo un punto de partida para poder empezar a trabajar todo lo relacionado con la creatividad musical y la precomposición en los niños con edades comprendidas entre los 5 y los 7 años aproximadamente.

    Si podemos entender cómo piensan los niños, comprenderemos otros muchos aspectos, y, en el caso que nos ocupa, los inicios en la invención musical de los niños y niñas de corta edad. Para el desarrollo cognitivo de los alumnos las dos etapas más importantes que expuso Piaget, para entroncarlo posteriormente con el pensamiento cognitivo-musical por parte de diferentes psicólogos musicales, fueron la preoperacional (de 2 a 6-7 años) y la de las operaciones concretas (de  6-7  a 11 años). Es muy importante remarcar que aunque Piaget creyese que era a partir de los 6-7 años cuando los niños podían tener la suficiente capacidad cognitiva para la realización de las diferentes operaciones concretas, como consecuencia de una proceso cognitivo internalizado (y esto aplicado a la psicología de la música significa la adquisición de la conservación de la melodía y posteriormente la conservación del ritmo), otros psicólogos del desarrollo como Bruner promueven la idea contrastada y experimentada de que si se les dan las pautas verbales y de percepción correctas esto se puede lograr a edades más tempranas que las que predijo Piaget. Así, en este artículo pretendo ofrecer unas directrices muy sencillas en las que con premisas y órdenes claras se puede conseguir avanzar en aspectos que corresponderían a edades más tardías (en este caso aspectos relacionados con la inventiva musical).
 
   La investigadora y psicóloga MDonaldson observó que para los niños no sólo son importantes las directrices verbales que se les dan, también lo son otros condicionamientos, como los gestos, señales, pistas, sugerencias, etc. que se les ofrecen. No sólo importa lo que se diga, sino también cómo se diga, en qué contexto se diga y qué relaciones se producen en dicho contexto. 
  Tomando como referencia la teoría del desarrollo de Piaget, la visión pedagógica y didáctica en la que se centra esta propuesta didáctica es en el propio niño, pero teniendo siempre en cuenta que el contexto, los objetos de ese contexto y las relaciones que se producen son muy importantes. Habrá que motivar al niño, y, cuando este se encuentre internamente  estimulado, el profesor facilitará un entorno óptimo para el aprendizaje que respete el propio tiempo de aprendizaje del niño y la niña. 



    En principio, las canciones trabajadas por los niños de 5 años estarán dentro del ámbito del do de la 1ª línea adicional grave y el sol de la 2ª línea del pentagrama. Los de 6 años entre el do (1º línea adicional grave) y el la del segundo espacio. Los de 7 años entre el do (1ª línea adicional grave) y el si de la tercera línea del pentagrama. Todo esto puede variar dependiendo de las aptitudes y nivel cognitivo de los críos.
   Es interesante que el profesor o profesora sepa tocar un instrumento armónico, aunque no es imprescindible, ya que existen cedés con las diferentes canciones o se puede hacer un arreglo armónico y rítmico con un editor de partituras (Encore,  Music Time, Finale,  Sibelius).

   Las cuatro sesiones que siguen a continuación trabajan los siguientes aspectos respectivamente:
 -Jugar con las palabras. 
 -Cambio de entonación. 
 -Variación del ritmo. 
-Percusión corporal como acompañamiento. 
 En algunas sesiones se  pueden entremezclar varios de los aspectos anteriores.







1ª Sesión. Jugar con las palabras.
 
Actividad 1

 Se les enseña una determinada canción adaptada a su edad. Puede ser  tradicional, de música clásica, etc. Es importante que la elegida sea de corta extensión para que se pueda trabajar con ella de forma fácil. Los pasos que se siguen para el aprendizaje de una determinada canción son los  siguientes:
1) El profesor/a canta la canción tal y como es. Si el docente tiene un disco compacto con la canción  hará que la escuchen los alumnos.
2) Aclarar las palabras que no entiendan los niños.
3) Trabajar el texto mediante frases “por eco”.
4) Trabajar melódicamente cada frase “por eco”
5) Se unen todas las frases cantando así la canción en su totalidad (maestro/a  y alumnos)
6) Cantarla sin texto aplicando sílabas (la, pa, etc.) o bien con la boca cerrada.
7) Cantarla tal y como es  y  a una señal del profesor/a callan y la cantan mentalmente. Después el docente vuelve a indicar otra señal y la cantan otra vez de forma normal.
- A continuación se les preguntará: ¿Qué os  ha parecido la música?, ¿Qué es lo que más os ha llamado la atención? ¿Qué instrumentos habéis escuchado? ¿Qué dice la letra? ¿Era rápida o lenta? ¿Triste o alegre? etc.  Esto ayuda a los niños/as a tomar conciencia de todos los elementos que integran una  determinada canción. Si los niños/as no se han percatado bien de los diferentes elementos se les puede volver a poner de nuevo (si está en disco compacto) o se les canta  con acompañamiento armónico por parte del profesor/a.

Actividad 2

  El profesor preguntará a los alumnos si hay alguien que quiera cantar la canción de una manera diferente (habrá niños o niñas que la cantarán de la misma  manera a como  se les ha enseñado). El profesor dirá a los alumnos si hay alguien que pueda cantar la canción cambiando alguna palabra (si  alguno se presta a ello le da la oportunidad). El docente cantará la canción  toda entera (la versión original) para después volver a cantarla cambiando una o varias palabras de toda la canción. Los alumnos, en su mayoría, se darán cuenta de este cambio. El  maestro vuelve a preguntar a los chavales si hay alguno que puede hacer algún cambio en la canción. Probablemente ya habrá niños que cambiarán alguna parte de la canción (variando algunas pocas palabras). Es muy importante que las canciones trabajadas sean cortas y adaptadas a su edad.

Actividad 3

  Se propone a cada niño/a que haga dos  frases  muy cortas con su nombre. El profesor/a se inventará una sencillísima melodía con una de las dos frases que cada chaval se ha inventado. El docente utilizará  en un principio la negra y  la blanca. Las notas que se emplearán serán el  sol (2º línea del pentagrama) y el  mi (1ª línea del pentagrama). El maestro canta esta canción con la melodía inventada por él (la letra es una de las dos frases que  han sido creadas por cada uno de los niños/as). A continuación, viendo el modelo del docente, los niños/as tendrán que intentar idear una melodía con la otra frase utilizando las figuras musicales anteriormente citadas  o la que a los niños les surja de forma espontánea. El profesor para ayudar pondrá a sus alumno/as los ejemplos necesarios y pertinentes.

Actividad 4

   El profesor habrá tomando nota de las canciones que cada niño/a se ha inventado en la actividad anterior en una libreta pautada para recordarlas. Después a cada uno de ellos se le pedirá que modifiquen algo de esa canción en cuanto a la altura (cambio melódico). Se les puede ayudar de la siguiente forma: por ejemplo, si una canción hacía sol, sol, mi, mi (siendo todas estas notas negras en un compás de 2/4) el maestro pedirá que ahora lo haga a la inversa: mi, mi, sol, sol, etc. Así los alumnos se van percatando de las variantes que se pueden hacer para modificar melódicamente una canción. Todo esto se acompañará con los signos de fononimia que cada profesor utilice.



2ª Sesión. Cambio de entonación.

Actividad 1

  Se  insiste de nuevo en lo del cambio de alturas (alteración melódica) y se canta la canción (o canciones trabajadas) preguntando seguidamente a los alumnos  si alguien puede hacer con esa letra otra “melodía” o hacer variaciones melódicas. A continuación el  profesor canta una de las canciones que ya saben los chiquillos en clase  con pequeños cambios melódicos (que serán muy obvios para que se den cuenta). Algunos niños dirán que “esa canción no es la misma” o que “se parece mucho a otra canción pero no es exactamente igual”. En este punto ya habrá niños que varíen algunas pequeñas partes de la melodía. Es fundamental que  las canciones  trabajadas en clase se ajusten al ámbito interválico expuesto en el primer párrafo del apartado Metodología-Actividades.

Actividad 2

   Se pide a los alumnos que canten alguna canción que ya sepan con pequeños cambios de melodía (muchos de ellos lo harán cambiando pequeñas partes melódicas o cambiando algunas palabras). Esto es un buen punto de partida. Existe la posibilidad de que algún niño (en principio muy pocos) cambien buena parte de  la melodía. El profesor antes de comenzar esta 2ª actividad puede primero cantar una canción conocida por sus alumnos para posteriormente cambiar una o dos palabras de dicha canción. Así los alumnos pueden ver perfectamente lo que se les pide.

Actividad 3

   Se puede hacer lo mismo que en la actividad anterior (el profesor canta una canción muy sencilla). A continuación la volverá a interpretar modificando pequeñas partes melódicas pero acompañando esas variaciones con movimientos o gestos con las manos (si la parte modificada de la canción sube o baja lo indicará con una señal ascendente o descendente). Lógicamente los cambios que haga el docente tienen que ser muy obvios y claros para que los niños se puedan percatar de ellos con total claridad.



3ª Sesión. Variación del ritmo.

Actividad 1

 El maestro canta una canción ya aprendida por sus alumnos/as.  Seguidamente el docente la vuelve a cantar pero variando el ritmo muy ligeramente (para que no sea muy difícil percibir que se trata básicamente de la misma canción). La mayoría de niños dirán “esa canción se parece mucho a una que hemos aprendido en clase” o “esa canción la  hemos aprendido aquí pero la has cantado de una forma rara”. Se les puede explicar que hemos cambiado levemente el ritmo, “¿qué es el ritmo?” preguntarán los niños (es obvio que a estas edades los niños tienen que vivenciar la música  ya que las explicaciones teóricas son para más adelante). Se les puede inculcar todo esto a través de la vivencia del movimiento que pueda tener la canción implícitamente. Por ejemplo, se canta y se camina de acuerdo al ritmo de esta canción. Después el profesor vuelve a modificar un poco el ritmo y camina acorde con esa nueva rítmica. Los niños así ven mejor las diferencias. Los cambios han de ser muy sencillos y obvios para que los alumnos se den cuenta sin dificultad.


Actividad 2

   El maestro pregunta a los chavales si hay alguien que se atreva a “caminar” de forma diferente con algunas de las canciones ya aprendidas en la clase. Algunos niños cantarán la canción de las misma manera tal y como la aprendieron pero caminando, erróneamente, de otra forma diferente. Lo que deben hacer es cantar esa canción de forma distinta y caminar o moverse de acuerdo a la modificación hecha. Hay que hacer hincapié en que canten la canción de “otra forma” (cambiando levemente el ritmo) y que sigan ese nuevo ritmo  adaptándose a la canción (caminando y/o con el cuerpo acorde con la nueva invención). Aunque no lo hagan bien del todo (que será lo más probable) al menos tienen ya un primer punto de partida para hacer cambios en un futuro en el ritmo de las canciones  populares, clásicas, etc.  que se saben.

Actividad 3

  Se les puede proponer a los niños que mientras dicen sus nombres caminen al mismo tiempo. El profesor puede en un principio recitar su propio nombre y caminar al mismo tiempo para que los niños se den cuenta de lo que tienen que hacer. Seguidamente cada uno de los alumnos vuelve a pronunciar su nombre en tres ocasiones consecutivas caminando al mismo tiempo pero intentarán  hacer  gestos distintos con los brazos, cuerpo, y cara en cada una de esas tres veces.



4ª Sesión. Percusión corporal.


Actividad 1

  El profesor canta una de las canciones que los niños han aprendido en clase. A continuación pedirá a los alumnos que acompañen esa canción de alguna manera. En principio éstos no sabrán muy bien que es lo que les pide el profesor exactamente. A continuación el docente cantará la canción otra vez pero palmeando al mismo tiempo su ritmo. Se pide a los chiquillos que vuelvan a cantar la canción tal y como lo ha hecho el maestro (pregunta-respuesta). Es muy importante ofrecer a los niños diferentes modelos de acompañamiento (muy sencillos puesto que estamos trabajando con edades comprendidas  entre los 5 y los 7 años).

Actividad 2

  El profesor  preguntará si hay algún alumno que sepa acompañar una determinada canción con su propio cuerpo (percusión corporal). Lo habitual será que la acompañen con palmadas, golpes de las manos contra la mesa, etc. El docente cantará una de las canciones aprendidas por los niños y palmeará su ritmo al mismo tiempo. Si hay alguien que quiera hacerlo de forma individual se le dará la oportunidad. Después lo hará toda la clase al mismo tiempo. Los modelos que ofrezca el profesor son determinantes ya que para que el niño pueda inventar y crear necesita tener lleno el “depósito de la imaginación”, con múltiples ejemplos, para después poder inventar nuevas estructuras melódicas, rítmicas, etc. A parte de palmear el ritmo que tiene implícita la canción mientras se canta también se puede palmear la pulsación y/o  la subdivisión teniendo en cuenta el nivel cognitivo-musical de nuestros alumnos.






Conclusiones.
 En este artículo se ha pretendido iniciar a los alumnos de 5  a 7 años en el mundo de la creación e invención musical. Se ha hecho desde la canción como eje vertebrador básico en música. Evidentemente los aspectos trabajados son muy sencillos, debido a la edad a la que están dirigidas las diversas actividades. Con niños más mayores se pueden y se deben trabajar otros aspectos como la creación dentro del lenguaje musical, la composición con la flauta de pico, la invención de danzas dada una determinada música, etc.
  Este escrito es solo una primera toma de contacto para que  los niños de 5  a 7 años  sepan  lo que significa de una manera intuitiva y vivencial crear, inventar y modificar  algo  a partir de lo que ya tienen.



BIBLIOGRAFÍA.

ALAMÁN, A; SANJOSÉ, V. (1970): Didáctica musical. Valencia. Imprenta Universitaria.
BANDURA, A. (1987): Pensamiento y acción. Fundamentos sociales. Barcelona. Martínez Roca.
BRUNER, J (1984): Acción , pensamiento y lenguaje. Madrid. Alianza.
CAÑAL, P; LLEDÓ, A; POZUELOS, F.J. ; TRAVÉ, G. (1997): Investigar en la escuela: elementos para una enseñanza alternativa. Sevilla. Díada.
DONALDSON, M ( 1978): La mente de los niños. Madrid. Morata.
GIL, B. (1994): “La canción en la escuela. Fundamentos y orientaciones didácticas” en  Música y Educación,  n. 18, pp. 35-44.
GLOVER, J. (2004): Niños compositores (4  a 14 años).Barcelona. Graó.
MATEO, E. (1983): Cómo fomentar la creatividad en la familia y en la escuela. Madrid. Marsiega.
PIAGET, J; INHELDER, B (1966): Psicología del niño. Madrid. Morata.
RAMSON, L. (1991): Los niños como creadores musicales. Méjico. Trillas.
WILLEMS, E. (1981): EL valor humano de la educación musical. Buenos Aires. Paidós.
WILLIAMS VER LEE, L. (1986): Aprender con todo el cerebro. Barcelona. Martínez Roca.
YOUNG, S.; GLOVER, J. (1998): Music in the Early Years. London. Falmer Press.


Copyright  Julio C. Llamas Rodríguez.

lunes, 6 de enero de 2020

Beneficios de escribir a mano.




Una de las maneras más efectivas para estudiar y retener nueva información es escribir a mano. Esto se debe a que este tipo de escritura estimula una parte del cerebro llamada Sistema Reticular de Activación (SAR). Según Lifehacker, «el RAS actúa como un filtro para todo lo que tu cerebro necesita procesar, y más importancia a las cosas en las que te estás centrando en cada momento, algo que el acto físico de escribir consigue». Un estudio de 2010 concluyó que las áreas cerebrales asociadas con el aprendizaje "se activaron" mucho más cuando a los niños se les pidió que escribieran palabras como «nave espacial» a mano. Virginia Berninger, profesora de psicología en la Universidad de Washington, explica que escribir a mano es diferente de escribir en un teclado porque requiere dibujar trazos para crear una letra en lugar de simplemente presionar un botón.
   Los ordenadores, los smartphones y las tabletas son agujeros negros de tiempo. De hecho, simplemente invirtiendo mejor el tiempo que uno pasa en las redes sociales, se podrían leer casi 200 libros al año. Y si esto es lo que consigue Internet con la lectura, no digamos ya con la escritura. 
   Escribir a mano es, a la larga, un entrenamiento para el cerebro ‒además de para la muñeca‒. Según The Wall Street Journal, hay médicos que afirman que el acto de escribir ‒ y su repercusión en las habilidades motoras, en el pensamiento, en la memoria o en el lenguaje‒ es un buen ejercicio cognitivo para las personas que quieren mantener su mente en forma a medida que envejecen. Además, un estudio de 2008 publicado en el Journal of Cognitive Neuroscience demostró que para las personas es más fácil y rápido reconocer nuevos caracteres (por ejemplo del chino, símbolos de matemáticas o notas musicales) si están escritos a mano en lugar de a ordenador.
   Muchos son los escritores o poetas conocidos que optan por escribir a mano antes que utilizar una máquina de escribir o un ordenador. En una entrevista de 1995 en la revista Paris Review, la escritora Susan Sontag dijo que escribió sus primeros borradores a mano. «Escribo con una pluma de punta de fieltro, o a veces un lápiz». El novelista Truman Capote insistió en más o menos en lo mismo, aunque estando acostado y con un café en el cuerpo y un cigarrillo en la boca. «No, no uso una máquina de escribir», dijo en una entrevista. «Escribo mi primera versión en lápiz y luego hago una revisión completa, también a mano». 
    Un estudio de 2009 de la Universidad de Washington parece estar de acuerdo con Sontag, Capote y con muchos otros autores que prefieren la escritura a mano. Según este estudio, los alumnos de primaria que escribieron textos a lápiz no solo escribieron más que los compañeros que lo hicieron a ordenador, sino que lo hicieron más rápido y con oraciones más elaboradas.



                                                                                         
 Texto tomado de  La piedra de Sísifo

sábado, 30 de junio de 2018

Donde viven los monstruos.



LA HISTORIA


  Tras ser llamado monstruo por su madre, Max se va a la cama castigado sin cenar. Y, en la habitación, un bosque y un océano enormes nacen de la nada. Hay una barca, y esta, de algún modo, invita a Max a viajar. Navega y navega hasta que llega donde viven los monstruos. Poco a poco los va amansando y aquietando; y al chiquillo lo acaban nombrando Rey de Todos los Monstruos. 

    Max y los monstruos celebran una fabulosa fiesta; se divierten, juegan, ríen..., y Max, de repente, siente un olor especial: ¡huele a comida familiar! Max, como por arte de magia, y después de un largo periplo, vuelve a casa, donde le espera la cena aún caliente.



Psico Ayuda Infantil - Donde viven los monstruos



ELEMENTOS DESTACABLES

   Es uno de los primeros libros para primeros lectores que juega con dos planos: uno real y otro fantástico, donde se relata el viaje de ida y vuelta del protagonista. Es ideal para invitar a los niños y niñas a descubrir mundos fantásticos y mágicos, y también para que sepan manejar sus emociones, aspecto este muy importante.
   Por otra parte, la relación entre el texto y las ilustraciones es de estrecha colaboración para poder explicar bien la historia.
   Como en la mayoría de los libros, se pueden realizar varias lecturas: una más superficial y otra más profunda.





    Donde viven los monstruos  es  un cuento para niños y niñas que, para un lector adulto con ganas de leerlo y de mirarlo con mucha atención, puede representar un viaje alucinante y maravilloso a la literatura infantil, y al centro del mundo emocional de los chiquillos. 
  El destino es mágico, igual que el País de Oz, la Isla de Nunca Jamás o el País de las Maravillas.
    Este libro, al principio, recibió numerosas críticas, ya que se pensaba que ponía en cuestión la autoridad de los padres. El cuento no era políticamente correcto para la época: mostraba una historia en exceso amorosa y, al tiempo, de miedo. Los padres de entonces comentaban que el cuento asustaba a sus hijos, pero el escritor, Sendak, se defendió:

    Los adultos son personas que tienden a sentimentalizar la infancia, a ser demasiado protectores y a pensar que los libros para niños han de amoldar y conformar la mente a los modelos aceptados de comportamiento para lograr niños sanos, virtuosos, sabios y felices.

   Donde viven los monstruos es un magnífico libro, ya que retrata los miedos y deseos de la infancia en cada monstruo: rabietas, miedo a ser abandonado, soledad...


   Autor e ilustrador: Maurice Sendak (Nueva York, 1928-Connecticut, 2012).
  


viernes, 12 de enero de 2018

Cuestiones sobre lectoescritura (II)




Método fonético o fónico.

 Para la aplicación del Método fonético o fónico se sigue el siguiente proceso:

1- Se enseñan las letras y vocales mediante su sonido, y se utilizan láminas con figuras que inicien con las letras estudiadas.

2- La lectura se va realizando simultáneamente con la escritura.

3- Se enseña cada consonante por su sonido, y se emplea la ilustración de un animal, objeto, fruta, etc.

4- Cada consonante aprendida se va combinando con las cinco vocales, y se forman sílabas directas: ma, me, mi, mo, mu.

5- Con el ejercicio se perfecciona la lectura mecánica, luego la expresiva.



  Por otro lado, existen otros métodos, como son el eclíptico y el sintético. El método eclíptico es el que nos permite lograr objetivos más amplios en la enseñanza de la lectura. El método sintético es utilizado en todas las ciencias experimentales, ya que mediante esta se extraen las leyes generalizadoras.

   Según Decrdy, solo se puede aplicar el método global analítico en la lectoescritura si todavía la enseñanza concreta e intuitiva se basa en los principios de globalización, en los cuales los intereses y necesidades del niño y la niña son vitales cuando se utilizan los juegos educativos que se ocupan como recursos complementarios para el aprendizaje de la lectoescritura.

   El modelo de Mather y Roberts nos explica que es un elemento inherente al proceso instructivo, por lo que nos proporciona instrumentos que pueden ayudar a profesores y alumnos en el proceso de escritura. 

   El modelo de Bernice Wong consiste en una serie de instrumentos aplicados de forma fonética a adolescentes con dificultad de aprendizaje y alumnos de bajo rendimiento. Un estudio realizado por Wong y sus colaboradores en 1996 nos dice que dichas fases se disponen de la siguiente manera: planificar, escribir y revisar.Los modelos instruccionales de la composición escrita son muy importantes para la compresión lectora, pero a su vez han venido sufriendo cambios, ya que en los últimos años se han desarrollado nuevos modelos instruccionales como lo son el de Mather y Roberts en (1995) y Sorenso en (1997), los cuales aportaron grandes avances para la enseñanza y el aprendizaje de la composición escrita.

  Hayen y Flower plantearon la escritura como resolución de un problema retórico. Scardamalia y Bereiter (1992) mencionan que la escritura de un texto se puede realizar de forma automática: pensar, decir o transformar el conocimiento a medida que se va desarrollando la composición. Sharon Sorenso proporciona un modelo instructivo secuenciado, detallado e ilustrado con numerosos ejemplos.

   El modelo cognitivo, por otro lado, surge en los años ochenta con la finalidad de buscar la manera de ocupar el vacío de los modelos anteriores. Flower y Hayer dicen que la escritura es un proceso interactivo y complejo, en el que es fundamental la memoria a largo plazo; para estos autores el escritor es ya maduro, pues a través de sus conocimientos previos el individuo puede transformar sus conocimientos en otros nuevos. 

   Por otra parte, existen también los modelos explicativos de producción textual; dentro de estos modelos está el modelo de producción, que nos dice que es de carácter descriptivo. Su objeto de estudio es el texto. Este modelo se da en dos etapas: la macroestructural y la microestructural. También nos dice que es estática, mecánica y concentrada en la representación gráfica de los datos lingüísticos y evaluación de los aspectos formales. 


Otros cuatro enfoques.


  1- Enfoque basado en la gramática: este enfoque nace en el contexto de la enseñanza de la expresión escrita en la lengua materna, y luego se traspasa y se adapta para la enseñanza de la escritura. La idea básica es que para aprender a escribir se tiene que dominar la gramática de la lengua (las reglas que la constituyen, la esencia, la estructura, la organización formal subyacente, etc.) El núcleo de la enseñanza lo constituye precisamente este conjunto de conocimientos gramaticales sobre la lengua: sintaxis, léxico, morfología, ortografía, etc.



 2-Enfoque basado en las funciones: Según serafín (1985), se basa en el conjunto de funciones o actos del habla; presenta un análisis diferente de textos, funciones de escritura y habilidades cognitivas, con el objetivo de elaborar un currículo progresivo de la expresión escrita.


3- Enfoque basado en el proceso: Nace a partir de los años sesenta, se desarrolla en USA; se analizaron lo que hacían los alumnos antes, durante y después de escribir el texto. Los profesores estaban decepcionados con los métodos utilizados.

 4- Enfoque basado en el contenido: Este enfoque se desarrolla paralelamente en dos contextos académicos distintos, en Estados Unidos durante la década de los ochenta.


  La lectura y, sobre todo, la escritura siguen siendo dos procesos que no tienen el suficiente reconocimiento y valoración por parte de los estudiantes, independientemente del nivel de estudios que cursen. No obstante, las potencialidades que leer y escribir encierran, más allá de acceder y acumular información, se les sigue mirando como dos tareas (con todas las implicaciones que esta expresión encierra) que impone la escuela a quienes a ella asisten.

  Si somos sinceros en nuestra reflexión, en buena medida leer y escribir han tenido dos características esenciales: imposición por parte del maestro y monólogo del autor. Con la primera característica, la imposición —todos los sabemos—, se puede lograr obediencia, pero nunca despertar amor por lo que se hace. Es apropiado rescatar una frase de León Tolstoi, que puede servir de referente para orientar los procesos de escritura y de lectura y, de paso, como orientación para el ejercicio docente: 

"La clave de la vida no es hacer siempre lo que uno quiere, sino querer siempre lo que uno hace".




domingo, 15 de octubre de 2017

Breves cuestiones sobre la lectoescritura.


 La lectoescritura es un proceso y una estrategia. Como proceso, lo utilizamos para acercarnos a la comprensión del texto. Como estrategia de enseñanza-aprendizaje, enfocamos la interrelación intrínseca de la lectura y la escritura, y la utilizamos como un sistema de comunicación y metacognición integrado.

   La lectura y la escritura son elementos inseparables de un mismo proceso mental. Por ejemplo, cuando leemos, vamos descifrando los signos para captar la imagen acústica de estos y simultáneamente los vamos cifrando en unidades mayores: palabras, frases y oraciones para obtener significado. Cuando escribimos, ciframos en código las palabras que a su vez vamos leyendo (descifrando) para asegurarnos de que estamos escribiendo lo que queremos comunicar: retroalimentación. Para leer y escribir el lectoescritor utiliza claves grafofonéticas, sintácticas y semánticas. La grafofonética nos ayuda a establecer una relación entre el código (letras o signos) y la imagen acústica que representan. La clave sintáctica nos revela la estructura del lenguaje utilizado en el texto, mientras que la clave semántica se refiere a los conocimientos léxicos y experiencias extratextuales del lectoescritor (conocimiento previo). 


   Si bien la lectoescritura necesita de mecanismos motores: ojos, manos y, en ocasiones, oídos, el proceso de cifrar y descifrar e interpretar es función del intelecto. El propósito fundamental de la lectoescritura es construir significados. Conociendo su proceso, podemos diseñar y ofrecer actividades dirigidas a desarrollar y refinar destrezas lingüísticas necesarias para una mejor utilización de las artes del lenguaje.  La enseñanza de lectoescritura consiste en proveer actividades que estimulen el desarrollo de destrezas de codificación, descodificación e interpretación de contenidos textuales. Cabe apuntar, que la enseñanza-aprendizaje de lectoescritura comienza desde que el bebé descubre el lenguaje, y se prolonga durante toda la vida.


  Tomado de Ruth M. Ruiz.